QUIERO UNA PAREJA

No tengo pareja y quisiera tenerla

Quisiera tener una pareja pero las personas que conozco no quieren compromiso. He perdido la confianza en mí, en las personas y en el amor. Acumulo rupturas con el tiempo. Mi ex está con otra persona y yo aún no puedo pasar página. He terminado una relación porque me han sido infiel. Siento que no podré nunca concretar una relación. Atraigo personas pero no logro que esas relaciones se mantengan en el tiempo. He sostenido relaciones tóxicas o violentas. He tenido relaciones donde me he sentido con poco valor o no respetado/a. Me enamoro demasiado rápido. Siento que no tengo habilidades para conquistar. Siento inseguridad o vergüenza al momento de relacionarme. Me gustaría conocer a alguien para formar pareja pero no sé cómo o dónde acercarme a personas adecuadas. He tenido relaciones donde he dado demasiado. Todos los hombres/mujeres son iguales. Me comparo con otras personas. Me escondo. Siento desequilibrio emocional. Siento baja autoestima. Siento que no soy suficiente. Me siento fracasado/a.

No es frecuente que las personas acudan a terapia por estos pensamientos o impresiones, normalmente inician terapia por algún otro tema particular y al poco tiempo del tratamiento aparece esta frustración de desear una pareja y no poder materializarla. Este tema SIEMPRE siempre tiene relación con ese tema de consulta inicial ¿curioso, no?

Cuando empezamos a trabajarlo, no implica la promesa ilusoria de que inmediatamente esa persona llegará a tu vida, pero sí decirte que es un hecho, que este tema no te significará el malestar que puedes estar sintiendo en este momento.

Son muchos los factores que funcionan como interferencia al momento de encontrar una persona con la cuál relacionarse sanamente. La terapia se centra principalmente en revisar tu experiencia completa y en cuáles son los aspectos cognitivos que están actuando debajo de tus pensamientos, emociones y conductas actuales, para delimitar cuáles de ellas han intervenido en tus fracasos amorosos.

Algunas veces los problemas para conseguir pareja tienen que ver con modelos de relación (reales o imaginarios) con los que hemos crecido, otras veces con aspectos de la personalidad, creencias disfuncionales sobre vos mismo/a, o ausencia de habilidades sociales, o dificultades para comunicarte y expresar emociones. Otras veces con expectativas poco realistas sobre las personas y las relaciones, o puede suceder que te hayan marcado malas experiencias amorosas, que hayas desarrollado conductas dependientes, o evitativas, o que estés en un momento de no disponibilidad emocional, o que hayas escogido personas que no son coherentes con tus modelos de pareja deseados, o que exista algún conflicto inconsciente con el compromiso… estos son algunos ejemplos, podría enumerar cientos.

Conocernos no significa mirarnos al espejo o hacer una lista de nuestras virtudes y defectos. Tampoco que la psicóloga nos diga qué es lo que hacemos mal o que es lo que deberíamos cambiar. Conocernos es revisar, observar, caer en cuenta de movimientos internos que están con nosotros/as todos los días y hacerlo en un entorno cuidado, con comprensión, con respeto hacia quienes somos y con paciencia hacia nuestros procesos.

Tenemos que entender que si hay cosas de nosotros que no hemos visto, es porque aún no estábamos preparados para ello; en definitiva, todo lo que hacemos parte de una decisión acerca de lo que consideramos lo mejor para nosotros, nunca tomamos decisiones que consideramos pueden salir mal o ser un error. Siempre hacemos las cosas lo mejor que podemos, o que sabemos. Es aquí donde entra el trabajo de la terapia.

Durante las sesiones, mi lugar es guiarte a través de esos aspectos a revisar; normalmente se relacionan con patrones que no son visibles inmediatamente pero que a la larga los terminamos descubriendo. Es un trabajo que se desarrolla en tus tiempos emocionales, durante las sesiones se revelan cosas que al mirarlas de una manera diferente nos damos cuenta que son posibles de resolver. Es ahí donde comenzamos el trabajo práctico, que siempre es para reconstruir-te, reforzar-te, todo lo que sea necesario para que vuelvas a conectar con la responsabilidad sobre tu vida.

Si vienes de situaciones repetitivas, vamos a reescribir sobre tus estrategias (seguramente ya obsoletas) de relacionarte con vos mismo/a y con los otros, vamos a descubrir juntos que hay formas nuevas y más efectivas para los resultados que esperas. Trabajaremos tu autoestima, los pensamientos limitantes, la forma de comunicarte y hablar, tu voz, tu cuerpo, cómo regulas tus emociones, delimitaremos tus necesidades, los valores sobre los que te asientas, descubriremos que límites necesitas poner, dónde, en qué momentos, trabajaremos sobre cómo te ves y cómo deseas verte, resolveremos heridas que no hayas podido dejar atrás, estimularemos tu sensación de motivación hacia todas las áreas de tu vida y lograremos que aumentes tu sensación de valor, tu sentido de ser valioso o valiosa, porque es el paso determinante al momento de enfrentar relaciones basadas en respeto, dignidad y amor sano.

La receta universal en una terapia psicológica no existe, el trabajo con cada paciente es único, vos sos único/única. Por eso habrá una forma única de descubrirte y superar la insatisfacción que hoy sientes, la sensación de fracaso o falta, las heridas que portas, haciendo el movimiento de trabajo que la terapia te puede facilitar.

Extender el malestar nunca es una buena decisión, aunque a veces uno necesita tiempo para sentirse preparado.

Desde la experiencia que traigo puedo decirte que la autoestima no es algo con lo que nacemos, sino algo que podemos crear, la confianza se edifica, la motivación se renueva, la sensación de alivio llega como una ráfaga de aire fresco y luego de un tiempo: el éxito de relacionarte plenamente es posible.

Si te animas a dar el salto, aquí estoy para acompañarte.

“Quiero trabajar este problema”

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