Parece un poco exagerado, ¿no? De las personas que me han consultado para iniciar psicoterapia durante mis años de trabajo, aproximadamente la mitad de ellas me dijeron que deseaban preocuparse menos por determinada situación, enojarse menos por determinada situación, o dejar de ponerse tristes por determinada situación.
Al iniciar la terapia yo les explico que es como ir al médico con la intención de, en vez de curar la raíz de esa molestia física o dolor, le pidiéramos que hiciera algo para simplemente no sentir o no darnos cuenta de que ella existe.
Estos son motivos de consulta reales:
- Quiero sentirme bien.
- Quiero dejar de ser celoso/a.
- Quiero dejar de preocuparme por cómo me veo.
- Quiero dejar de pensar en mi ex.
- Quisiera ser más eficiente en mis estudios/trabajo.
- Quisiera dejar de enojarme con mi padre/madre.
- Quiero que X persona deje de hacerme daño.
- Quiero dejar de sentirme poco valioso.
- Quisiera que mi hijo me respete y me escuche.
- Quisiera dejar de pensar en esta situación que no se dio como esperaba.
- Quiero dejar de sentirme fracasada/o.
- Quiero dejar de sentir que me afectan cosas insignificantes.
- Quiero dejar de sentirme ansiosa/estresado/deprimida/inestable
- (Puedes escribir mentalmente aquí, esa situación que te duele)
Si te animas a reflexionar eso con detenimiento, vas a descubrir que esa circunstancia te genera angustia, ella es el equivalente psicoemocional al dolor físico intenso, ESO que te incomoda, es IMPORTANTE; aparece con frecuencia como una espina en el pecho, en la garganta, en el estómago, o como un pensamiento que te tortura; es una espina que te acompaña, que te distrae, es pesada, algunos días intolerablemente pesada. Te genera emociones intensas, te genera culpa por no poder liberarte, te da vergüenza, te frustra considerablemente no poder accionar frente a las personas o situaciones del mundo que te la recuerdan o refuerzan para que desaparezca y te libere.
Ver esa situación desde esta perspectiva es el primer paso. Resolver cómo te sientes es una salida momentánea y si es lo que quieres, también es válido. Más, me queda decirte que eso no te ayuda a trascender la situación.
Darle la importancia y el espacio que se merece, ayuda a empequeñecer la espina antes de desaparecerla. Hay movimientos internos y profundos a vos mismo/a que es necesario desenterrar, no es la situación que te molesta donde debes actuar, sino en los mecanismos psicológicos que hacen que la veas tan grande y tan difícil de resolver.
Es en el espacio terapéutico donde podemos dar sentido y comprensión sobre el porqué te afecta tanto. Si piensas que solo a vos te sucede, si piensas que se resolverá solo, si sientes que es un tema sin importancia, si piensas que nadie te puede comprender o ayudar, son solo excusas para seguir extendiendo ese pequeño o gran malestar.
No tienes idea de la cantidad de personas que escuché decir: “ojalá hubiera empezado terapia antes”. Como siempre les digo, la terapia psicológica es una viaje de ida, los cambios pasan a pertenecerte, uno/una no vuelve a ser el mismo/a.
¿Hasta cuándo?
Nadie más que vos puede decidir cuándo decirle ¡BASTA!.
Pide tu primera cita escribiéndome a Whatsapp, o agenda tu videoconsulta gratuita de 15 minutos.