Quiero dejar de discutir con mi pareja, quiero que me comprenda y me respete. No me siento escuchado, o valorada, o importante. Me cansa demasiado estar en conflicto permanente, me agota que siga haciendo las mismas cosas que prometió no hacer. No confío en mi pareja. No puedo sanar o perdonar algunas situaciones. ¿Debería seguir esta relación? ¿Debería separarme? ¿Realmente nos amamos si vivimos peleando?
Al principio se creía que la terapia de pareja era una pérdida de tiempo, sin embargo, hoy muchas parejas reconocen que es tan necesaria e importante como ir a un médico de urgencias. Sirve para RECUPERAR la armonía entre dos personas que NO DESEAN SEPARARSE.
Cada pareja es diferente. Nosotros somos diferentes en cada relación y también vamos cambiando durante el transcurso de una relación; al mismo tiempo, también lo hace nuestra pareja. Si seguimos manteniendo viejos patrones, es probable que acumulemos conflictos que nos hagan pensar que no somos buenos compañeros, o que nuestra pareja no es una persona que puede hacernos feliz. Y esto puede ser un gran error, pero seguimos haciendo las mismas cosas.
Con el tiempo es común que aparezcan celos, distancias, comunicación agresiva, gritos, silencios hirientes, desconfianza en el futuro, infidelidad, cada vez menos ganas de tener intimidad sexual, cada vez más lejos uno del otro… hasta que la pareja se rompe definitivamente. Todo esto implica lo que llamamos Crisis de Pareja, cuando comienzan a verse como enemigos.
Yo creo fuertemente que una pareja debe ser armónica o no debe ser. Creo también que a amar se aprende. Y que a cada persona se ama diferente.
Es por eso que en mi terapia partimos de re-conocer (conocer de nuevo) a la persona que amamos. Aprender a verla de la manera en que es hoy para decidir entregarle lo justo y necesario, al tiempo que aprendemos también a pedir y a recibir.
No es del amor que nacen buenos gestos hacia la pareja, por el contrario, es desde los buenos gestos que crece saludable el amor.
En la terapia trabajamos lo que sea necesario para rescatar las características positivas de la pareja (creéme, aún están ahí), eso que quieren seguir conservando y disfrutando. Y en transformar los puntos débiles que interfieren en la felicidad de cada uno y en el ámbito familiar completo. Está enfocada en abrir la escucha, transformar las heridas, estimular el acercamiento y la comprensión.
Es ahí donde pueden encontrar el alivio después de haberlo intentado todo. La terapia sirve para aprender HERRAMIENTAS SIMPLES para resolver problemas que ya no quieren sostener más. Puede cambiar no solo la relación de pareja sino que, al crear un espacio de crecimiento juntos, aumenta la fuerza de la relación y aprenden a amarse a sí mismos de igual manera con que aman al otro.
Nada me genera más placer que decirle a una pareja recuperada que ya no van a necesitarme más. Creo en las parejas sanas y duraderas, las he visto, las veo todos los días. Creo en el compromiso de aprender dentro de las relaciones. Creo en las cosas lindas que elegimos para nuestra vida:
¿Deciden finalmente convertirse en aliados, compañeros y pilares amorosos para transitar la vida que desean?
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